Historia de la campaña

“Siempre quise ser madre”; “el instinto se me despertó”; “era mi sueño en la vida”…
Estas frases siempre aparecieron en mis oídos de un lado u otro, casi siempre es así. Yo no las escuché en mi interior. No fue ese instinto, ese sueño, esa idealización sobre la maternidad, que creo que a veces hay.

Lo entendí después. En mi caso, no había una negativa como tal a ser madre, pero tampoco nada me lo pedía, cosa que era perfecta también. Observaba el mundo, a veces con tristeza, y me resultaba imposible no preguntarme: ¿Qué tiene este mundo que ofrecer a mi bebé? Difícil respuesta.

Todo lo que había llegado a mí acerca de la maternidad, comenzando por el parto, cosa que me aterraba, estaba muy lejos de mi esencia. Era imposible que esa forma de hacer, de sentir y de vivir esta experiencia, encajase en mi. Por casualidad, llegó a mí un relato de parto en casa… Me atravesó, me dejó desnuda ante aquello tan salvaje y, de pronto, todas las piezas encajaron.

¿Por qué ser madre? ¿Qué tiene que ofrecer este mundo a mi bebé? Las respuestas vinieron solas: porque ser madre es un acto animal, salvaje, algo tan vivo que, en esta sociedad a veces marchita, la vida ha de hacerse paso. Esa sí era yo. No es la sociedad quien tiene necesariamente que aportar a mi bebé, la pregunta ahora se formulaba al revés: ¿tiene un bebé, una nueva vida, algo que aportar a la sociedad? ¿Tiene sentido una semilla que germina en un lugar hostil? la respuesta era clara para mí, SI.

Somos Jaume y Vanesa, una bonita y remota casualidad quiso que nos encontrásemos, aún viviendo a 600km…el último día, las últimas horas antes de volver a alejarnos, y allí nos descubrimos el uno frente al otro. Hoy, años después, ese amor profundo y mágico, hace que nos elijamos como padre y madre de nuestr@ hij@. La reflexión anterior nos llevó hasta aquí. Una vez le expliqué esto, lo apoyó desde el principio y conectó con esta forma de hacer, superando miedos que sobre todo el contexto social infunde, y compartiendo este deseo que ahora es común.

Actualmente luchamos a nivel laboral, yo emprendiendo y Jaume opositando, para que esa idea de ma-paternidades que tenemos pueda ser real. Vivimos en una casita de campo en una pequeña colina, con nuestra familia peluda, la de raíces y hojas verdes, y la fauna que libremente campa a sus anchas por aquí…y que así intentamos que siga siendo. Y aunque no está siendo fácil, cada atardecer (como el de la imagen que hemos elegido) nos recuerda por qué estamos aquí y por qué es aquí donde queremos ver crecer nuestro pequeñ@.

Vuestra ayuda para nosotros, supone poder ser coherente con esa reflexión interna que particularmente me llevó a la maternidad, y poder tomar algo más de tiempo con nuestro bebé antes de retomar el trabajo, ya que si algo tenemos claro, es que el tiempo es el mayor regalo.

GRACIAS por ayudarnos a ESTAR y a dar paso a la vida de forma salvaje, auténtica…